viernes, 16 de julio de 2010

Una Fabula

Me encontré con un libro que andaba por aquí en el cual pude leer un pequeño cuento de Mark Twain que me gusto mucho, así que decidí compartirlo con ustedes, espero les guste:


Ocurrió, allá en tiempos, que un artista que había pintado un cuadro pequeño y muy bello lo colocó de manera que pudiese verlo en el espejo, diciéndose: "Esto duplica la distancia y lo suaviza, resultando ahora doblemente encantador que antes."

Los animales de los bosques se enteraron de esto por el gato de la casa, hacia el que sentían gran admiración porque era muy docto, muy refinado y civilizado, muy cortés y distinguido y porque sabía decirles tantas cosas que ellos ignoraban antes y de las que no tenían seguridad después de oírlas. Esta nueva noticia que les llevó produjo entre ellos gran excitación y le hicieron preguntas a fin de llegar a comprenderlas por completo. Le preguntaron qué era un cuadro, y el gato les dio esta explicación:

—Es una cosa lisa, maravillosamente lisa, asombrosamente lisa, encantadoramente lisa y elegante. ¡Y qué bella!

Estas palabras llevaron la excitación de los animales casi hasta el frenesí, y aseguraron que darían cualquier cosa por ver el cuadro. Entonces preguntó el oso:

— ¿En qué consiste su gran hermosura?

—En lo bien que parece —dijo el gato.

Esto los llenó de admiración y de inseguridad, sintiéndose más excitados que nunca. Entonces preguntó la vaca:

— ¿Qué es un espejo?

—Es un agujero en la pared —dijo el gato. —Se pone usted a mirar dentro de él y ve usted allí el cuadro; es tan bonito y encantador, tan etéreo y estimulante en su inimaginable belleza, que nuestra cabeza se pone a dar vueltas y vueltas hasta que casi nos desmayamos de éxtasis.

El asno nada había dicho hasta entonces; pero ahora empezó a lanzar dudas. Aseguró que hasta entonces no había nada tan hermoso, y que probablemente tampoco lo había ahora. Aseguró que cuando para realzar una cosa bella era preciso emplear un canasto lleno de adjetivos kilométricos había que desconfiar.

Era fácil ver que estas dudas producían efecto en los animales, y entonces el gato se retiró ofendido. No se habló ya del asunto durante un par de días, pero en ese tiempo la curiosidad estaba tomando un nuevo impulso y se percibía un revivir del interés. Entonces los animales interpelaron al asno, acusándolo de haber echado a perder una cosa que posiblemente habría constituido un placer para ellos, nada más que vertiendo la sospecha de que el cuadro no era bello, sin aportar prueba alguna de esa afirmación. El asno no se turbó; siguió en su tranquilidad y dijo que había un medio de poner en claro quién estaba en lo cierto, si él o el gato. Él iría y miraría dentro del agujero, y a su vuelta les contaría lo descubierto por él. Los animales se sintieron reconfortados y agradecidos y le pidieron que marchase inmediatamente, cosa que él hizo.

Pero el asno ignoraba dónde debía colocarse; por esa razón, y equivocadamente, se colocó entre el cuadro y el espejo. El resultado fue que el cuadro no podía reflejarse en el espejo y el asno nada vio. Regresó a su casa y dijo:

—El gato ha mentido. Dentro de aquel agujero no había otra cosa que un asno. Nada se veía allí que fuese mate. Únicamente un hermoso asno, un asno simpático; pero un asno solamente, y nada más.

El elefante preguntó:

— ¿Lo viste bien y con claridad? ¿Te acercaste mucho?

—Yo lo vi bien y con claridad, oh Hathi, rey de los animales. Tan cerca estaba, que me refregué la nariz con la nariz del otro.

— ¡Qué cosa más extraña! —dijo el elefante. —Hasta ahora el gato ha dicho siempre la verdad, por lo menos en lo que nos ha sido posible comprobar. Veamos; que lo pruebe otro testigo. Tú, Baloo, mira dentro del agujero y vuelve a informarnos.

El oso marchó. Al regresar dijo:

—Han mentido los dos, el gato y el asno: dentro del agujero sólo había un oso.

Gran sorpresa y desconcierto el de los animales. Todos ellos sintieron el anhelo de hacer la prueba para ver directamente la verdad. El elefante los fue enviando uno tras otro.

Primero, la vaca. La vaca no descubrió en el agujero sino una vaca.

El tigre sólo descubrió un tigre.

El león sólo descubrió un león.

El leopardo sólo descubrió un leopardo.

El camello sólo descubrió un camello, y nada más.

Entonces Hathi se irritó y dijo que él descubriría la verdad aunque tuviese que ir personalmente en su busca. Cuando regresó, insultó a todos sus súbditos, tratándolos de embusteros, y se dejó llevar de una furia implacable contra la ceguera moral y mental del gato. Aseguró que cualquiera, como no fuese un necio miope, tendría que ver que en el agujero sólo había un elefante.

MORALEJA, POR EL GATO

Descubrirán en un escrito todo cuanto ustedes mismos llevan, siempre que tomen posición entre el texto y el espejo de vuestra imaginación. Quizás no descubran vuestras orejas, pero con seguridad que están allí

P.D.1 Un cuento que se llama la fabula?? Qué cosas, pero que tal? les gusto??

P.D.2 no vaya a ser que una manada de animales ande engañándonos en ver de ir a averiguar algo por nuestra cuenta ;)

P.D.3 que tengan un buen fin de semana

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