martes, 24 de junio de 2014

Miedo...


Vuelvo a la oficina, en el carril de subida, me toca rojo, veo al frente en el carril de bajada en plena esquina un señor, parece un indigente, habla con el conductor, el conductor cierra la ventana y pone una cara de terror, avanza raudamente aunque el semáforo sigue en rojo casi  provocando un accidente.

Los conductores que iban detrás de el empiezan a cerrar sus ventanas y aseguran sus puertas y empiezan a correr sin importar nada mientras el señor intenta acercarse a ellos y hablar, quedo perplejo ante la situación pero reacciono gracias al bocinazo del micrero que está detrás mío, esto no puede quedarse así, tengo que ver qué rayos está haciendo ese señor para asustar a la gente.

Decido darme una vuelta por las calles congestionadas sin importar llegar tarde al trabajo, pierdo como 15 minutos pero ya estoy en el carril de bajada, esperando que el señor ese no hubiera huido o que lo hubieran atropellado entre tanto quilombo, mi corazón empieza a acelerarse, ¿será que es correcto lo que estoy haciendo? ¿no me estaré exponiendo ante una situación peligrosa innecesariamente? ¿Qué puede estar haciendo ese viejo? ¿Será que está ofreciendo droga? O tal vez peor!!! Está ofreciendo órganos!!! No… está vendiendo a sus hijos!!! Bueno no, no veo niños, aunque veo una bolsa…tal vez están en esa bolsa!! Maldita sea, maldita sea!!!!!!!

Tantos pensamientos malos pasan por mi cabeza, empiezo a arrepentirme, falta una cuadra, empiezo a agitarme, trato de buscar un cigarro en la guantera o en mi chompa, no encuentro nada más que el encendedor…media cuadra, ya lo puedo ver, los autos siguen cerrando la ventana, creo que me va a dar un ataque de pánico, ojala me toque verde, ojala me toque verde.. maldita, maldita sea no!!! Es rojo!!!... se empieza a acercar a la camioneta, creo que me estoy poniendo pálido, me toca la ventana, miro a un lado, al otro, vuelve a tocar la ventana..la bajo lentamente y logro decir “si?” y responde…

-señor usted no se ve muy bien ¿necesita ayuda en algo? Estoy acá tratando de ayudar a la gente, pero todos parecen locos y huyen de mí..

Lo miro completamente extrañado, y le digo que me estacionare en la siguiente cuadra, que me siga, el semáforo cambia a verde, avanzo un poco y estaciono en el primer lugar que encuentro, me bajo y veo como el señor se acerca.

Se llama Alejandro, le calculo entre 57 y 63 años, es una persona de escasos recursos, apenas tiene para vivir, su esposa falleció hace un par de años, sus hijos se fueron y perdió contacto con ellos, no es como que no los busco, si no que ellos desaparecieron del mapa, me dice que se canso de auto compadecerse de su situación y que hoy despertó con las intenciones de hacer algo bueno con su vida, ayudar a las demás personas, esa bolsa que vi, donde tontamente pensé que traía restos de personas (pepe imbécil), era las pocas cosas que poseía y que estaba regalando para ver si podía ayudar a las demás personas, tenía entre otras cosas, un par de cosas de madera, un par de libros, unos cuantos cubiertos, creo que un par de peluches y cosas así, pero claro, al ver a una persona sucia, mal vestida todo el mundo huía, me siento mal por haber pensado tantas tonterías, mi futura esposa siempre me dice “porque te empeñas en pensar lo peor de la gente, ¿no es mejor y más fácil pensar lo mejor?” me siento ridículo, por lo visto parece que sigo pálido ya que Alejandro me dice si en algo me puede ayudar, le digo si de casualidad no tiene un cigarro por ahí, saca uno del bolsillo de su saco desgastado, no veo que marca es, lo agarro, lo enciendo, maldición! Esta super fuerte y picoso! No me imagino cuanto tiempo estuvo guardado…

Le agradezco, busco entre los bolsillos algo de dinero para darle, no tengo un mango! Encuentro 2 bs en monedas e intento darle, los rechaza gentilmente, me dice “quiero ayudar a la gente por placer, no por recibir nada a cambio, más que alegría en mi corazón” nuevamente le doy las gracias y parto a la oficina, como media hora tarde, en el interin no puedo evitar sentirme triste por vivir en un mundo en el que la gente tiene miedo a recibir ayuda de un extraño, miedo a que alguien sea una terrible persona, miedo a acercarse a otro ser humano, ¿tanto nos hemos condicionado en este mundo que no podemos dejar de tener miedo de nosotros mismos como semejantes? Tengo miedo, de cómo vamos como sociedad, tengo miedo, de quienes somos como personas en el fondo…