Alguien me comentaba hace un tiempo atrás, que en el mundo no existía el bien ni el mal… si no que era como la mayoría de las personas percibían su realidad lo que le daba esa sensación de que el mundo iba bien o mal.
Esto trajo a mi memoria el recuerdo de un profesor que tuve en colegio que siempre andaba sonriendo y feliz, en todo el tiempo que lo conocí fue una persona ejemplar, correcta, gran amigo, muy buen maestro, pero por sobre todo un hombre feliz…
Hace un par de días me lo tope en la calle (con su peculiar sonrisa y buen humor como siempre) y fue todo un placer encontrarlo después de tantos años, nos pusimos a conversar y aproveche para preguntarle el porque de su siempre y singular estado de animo, el me dijo: “mira yo todas las mañanas cuando me despierto me digo a mi mismo: hoy puede ser un buen día o un mal día para ti, tu decides. Y yo siempre elijo que sea un buen día y eso me pone feliz porque al ser un buen día para mi se que voy a poder darles un buen día a las personas que me rodean”. No pude mas que quedar satisfecho con la respuesta que me dio mi antiguo maestro, charlamos un rato mas y se fue con la sonrisa de siempre.
Con esa pequeña enseñanza he decidido a partir de esta mañana hacer lo mismo que el y tratar de que todos los días sean un buen día no solo para mi si no para todas aquellas personas que me rodean y así poder cambiar aunque sea solo un poco la manera de ver de las personas que comparten su vivir diario conmigo J.
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