La familia Chi-Yen tenía un gato maravilloso. Debido a que el señor Chi-Yen tenía al gato en tal alto aprecio, pensó llamarlo Tigre. Un vecino hizo notar: "El tigre es en verdad una feroz criatura, pero no es tan místico o cósmico como el dragón. Los gatos son místicos y cósmicos. Deberías cambiar su nombre a Dragón".
Otro vecino miró al gato y dijo: "Sin duda el dragón es más místico que el tigre. Cuando vuela en el aire más alto, descansa sobre una nube. Esto seguramente significa que una nube es más poderosa que el dragón. Deberías cambiar su nombre a Nube".
Pero los otros vecinos no estaban de acuerdo. Estaban dispuestos a añadir sus puntos de vista acerca del verdadero nombre del gato del señor Chi-Yen. Uno dijo: "Cuando las nubes oscuras se apoderan del firmamento, ¿quién las disipa? El viento. Deberías cambiar el nombre del gato a Viento".
Un segundo vecino intercaló: "Desde luego, el viento es poderoso, pero cuando se alza una tormenta de viento, ¿dónde buscamos refugio? Tras los muros de nuestra casa. Los muros rechazan la furia del viento. De acuerdo con ello, deberías cambiar el nombre del gato por el de Muro".
"No, no, no", dijo otro. "Por supuesto, los muros son fuertes, nadie dice que no lo son, pero ni siquiera el muro más fuerte puede resistir los dientes roedores de la rata. Con seguridad el gato se debe llamar Rata".
El señor Chi-Yen, que había estado escuchando con paciencia a todos sus vecinos, se puso de pie de repente cuando oyó esto. "Desde luego! Ahora comprendo por qué el gato se llama Gato".
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