lunes, 9 de mayo de 2011

Cambiar, no Todavía...

Viernes por la noche, decido salir a encontrarme con mis amigos para salir por unas copas bien merecidas, me siento algo en rutina ya que últimamente he estado saliendo solo con ellos, ojala y esta noche sea diferente, llamo al móvil para ir a la casa de uno de ellos.
Llega el taxi y lo primero que noto es el tuneado, las luces de neón, la música reggaetón a full volumen, reniego pero ni que hacer debo ir, el momento de subirme lo que más me llama la atención es el conductor, debe estar entre sus 55 años o algo así, sonriendo me dice:
-donde lo llevo?
-a la calle Colón, entre la René Moreno y la Destacamento 111
-Con gusto jefe

Me extraña la actitud del señor, pero antes de preguntarle noto que en el asiento de su lado va una chica muy linda, le calculo entre 22 a 26 años, supongo que es su hija, pero me equivoco porque en el primer semáforo rojo se ponen a besarse en mi delante, ella le dice: “Pon mi tema” le da el control remoto y suena un tema en reggaetón que no solo no entiendo sino que no reconozco, el agarra y se pone a cantar con tanta naturalidad que el que se siente viejo ahí soy yo.

Pero justo cuando ella voltea a ver la calle el cambia el rostro, logro ver en parte tristeza, ella lo vuelve a ver y vuelve a cantar y sonreír, y todo el trayecto se vuelve en canto risa y besos entre ellos, me dejan y cancelo, no puedo evitar pensar cuanto tuvo que cambiar (si a la fuerza o no) para poder estar con ella, quien sabe se divorcio y no quiere estar solo así que tiene que fingir tener “buena onda” para poder andar con ella, en que mas habrá cambiado?? Y por cuánto tiempo lo hará?? Yo no quiero ni imaginarme cuanto y bajo qué circunstancias tengo que cambiar para dejar de estar solo, realmente valdrá la pena hacerlo??

Dejo de pensar en eso y me encuentro con los amigos, me dicen que para variar nos iremos a la fiesta de la facultad de medicina a jaranear como cuando estábamos en la U, bebemos, reímos, me hago pasar por “doctor” para que me den más rápido las cervezas, mis amigos se encuentran con unas amigas, una se ve muy interesada en mi, se acerca, me charla, reímos, me cae bien y hay química, puede ser que esta noche “tenga suerte”, está todo bien hasta que me dice “bailemos”, yo no bailo, 1)porque no me gusta y b) porque no se, pero ella insiste en bailar, me dice “solo te mueves de lado a lado y ya” y para que carajos voy a hacer eso?

Pienso en el taxista de mas antes, si el cambio para estar con alguien porque yo no? hacer el ridículo moviéndome de lado a lado me dará una oportunidad de una “noche” divertida con ella?? Pero me doy cuenta de algo importante, no parece difícil dejar de lado todo, pero esta noche no estoy dispuesto a cambiar, rechazo la oferta y me tuerce su cara, supongo que piensa que soy un creído o algo así, no la culpo si un tipo como yo me rechazaría un baile seguro que sería todo un desplante.

Me voy a casa, me meto a la cama y sonrío, me doy cuenta que lo importante no es quien necesita cambiar, sino quien está dispuesto a cambiar y yo aun no estoy dispuesto….

P.D. Cuanto están dispuestos a cambiar?? Y bajo que circunstancias lo harían? 

2 comentarios:

Vania B. dijo...

Cambiar, no, pero ceder un poquito, sí se puede.

Abrazos, camarada.

La Bicha: dijo...

en este momento nada le ha dado más sentido a mi resistencia al cambio que tus palabras: "...lo importante no es quien necesita cambiar, sino quien está dispuesto a cambiar y yo aun no estoy dispuesto..." grande!!!