lunes, 23 de agosto de 2010

El cura, la custodia y la Aduana

Desde que abrí el blog casi nunca he escrito de mi trabajo,(trabajo en una agencia aduanera) y créanlo o no, hay cada cosa que pasan que creo son dignas de ser escritas, así que decidí de cuando en cuando escribir estas cosas bajo la etiqueta de “aduanerias” así que empecemos hoy con una anécdota.

El Cardenal José Clemente Maurer fue toda una personalidad no solo en sucre, sino también en toda Bolivia, y resulta que un tiempo fue párroco de Tupiza, en una ocasión tuvo que ir a Argentina para comprar una custodia para su parroquia, llegando a la aduana argentina de la quiaca, paso sin ningún inconveniente, pero al llegar a la boliviana no le permitieron seguir adelante, ya que los funcionarios le dijeron que debía pagar los aranceles vigentes, el no estaba dispuesto a pagar nada, así que tuvo que regresar a la frontera argentina, pensó pensó y encontró una solución con la cual no tendría que pagar los impuestos, en tierra argentina organizo una procesión con la custodia a marras, cuando llegaron a la aduana boliviana les dejaron pasar, y se fueron en procesión hasta Villazón donde ya pudo agarrar un bus e irse a Tupiza.

Supongo que algunos que le acompañaron para meterse algunas cosas de contrabando, muy ingenioso por parte del cura, eso trae a mi memoria un chiste que me contaron hace tiempo:

Una señora estaba en un avión volviendo de Suiza. A su lado estaba sentado un cura, entonces ella le pregunta:

- Padre, ¿puedo pedirle un favor?

- Sí hija mía, ¿qué quieres?

- Mire, compré un depilador eléctrico súper sofisticado muy caro y tengo miedo que supere mi límite en la Aduana. ¿Podría usted esconderlo debajo de su sotana?

- Sí mi querida, puedo, solamente debo advertirte que yo no sé mentir.

La señora piensa: -¡Hay! Ojalá que nadie le pregunte nada al cura...

- Está bien padre, gracias por su ayuda... y le da el depilador.

Llegando a destino en el aeropuerto, el funcionario de Aduanas le pregunta al cura:

- ¿Algo a declarar padre?

- A lo que el cura responde: De la cabeza a la cintura, nada a declarar hijo mío.

Medio extrañado el funcionario le pregunta:

- Y de la cintura para abajo, ¿qué tiene?

- Allí abajo tengo un instrumento para mujeres que nunca fue usado.

El funcionario no pudo mas que dar una tremenda carcajada y dejarlo ir.

Supongo que ser un cura tiene sus ventajas en especial cuando tiene que ver con estos temas XD

P.D.1 Que tengan un buen inicio de semana

P.D.2 últimamente estoy haciendo los post medio que "a pedido” así que si tienen alguna sugerencia o algo me lo pueden hacer saber por el Twitter o en la pagina del cara libro :D

1 comentario:

Anónimo dijo...

谢谢好东西