Estaba ahí parado, lo miraba con desprecio, ¿como él
entre todos se había atrevido a arrebatarle a su amada?, entre tantas personas
que hay en este miserable mundo, el lo había hecho!!!
Jamás pensó, entre tantas personas que se metieron y
trataron de arruinar su relación, ex enamorados, familia, locos obsesionados,
gente metiche, todos intentaron, más fracasaron, pero él, EL MALDITA SEA!! El fue
el que la arrebato.
Sentía asco solo de verlo, “ Cobarde!!! Te desprecio!!!
Te odio!! ¿Cómo pudiste quitarme a la mujer que más he amado en esta vida?” le
gritaba furioso mientras su mirada iracunda se convertía en llorosa.
Sin poder aguantar más, cayó de rodillas y estallo en
llanto, jamás había amado así, jamás lo volvería a hacer, eso era una realidad.
Su vida ya no era vida, la razón de su existir se había
extinguido, el sabía que no volvería, había perdido el motivo por cual seguir
existiendo, solo quedaba una solución, la salida del cobarde, del vencido, del
que ya no tiene porque vivir.
Eso sí, el mal nacido habría de verlo, así que se paró
frente a él, lo miro con el dio más grande del mundo, le dijo, “espero que estés
feliz, esto es lo que lograste con todo esto,” saco un revolver, se lo puso en
la sien, pensó en lo mucho que la había amado, en lo mucho que cambio su vida,
en lo feliz que fue hasta que él se la arrebato, sintió miedo, más ¿Qué otro
miedo había más grande que el de perder a su amada y no recuperarla? Dijo entre
sollozos y susurrando al viento “te amo, nunca lo olvides…” y jalo el gatillo.
El espejo quedo manchada con los restos de sus cerebro
y sangre, nunca nadie pudo arrebatarla de su lado, solo el…
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